¡Escucha esta música! Messiaen, «El abismo de los pájaros»

La guerra entre Rusia y Ucrania ha sacudido a Europa. Asistimos espantados al sufrimiento de millones de personas que tienen que vivir bajo la amenaza de un conflicto bélico. 

Sin embargo, ante la barbarie, en algunas ocasiones la belleza y la sensibilidad humana se abren paso alumbrando maravillas como la obra que hoy os presento. Una pieza que fue compuesta por su autor, Olivier Messiaen, en un campo de prisioneros nazi durante la segunda guerra mundial y que se ha convertido, por derecho propio, en una de las obras más importantes e icónicas de la música del siglo XX.

El compositor

Hijo de un profesor de literatura y de una poeta, Olivier Messiaen nació en Aviñón (Francia) en 1908. Realizó sus estudios musicales en el conservatorio de París y, desde muy joven, destacó en su faceta como compositor y organista, obteniendo diferentes premios. En 1931, con tan solo 22 años, fue designado organista titular de la iglesia de la Santa Trinidad de París donde ocuparía el puesto hasta su muerte en 1992.

La música de Messiaen se caracteriza por su profunda religiosidad y por su amor a los pájaros. Sus obras se inspiran en los grandes temas de la religión católica e incorporan como aspecto novedoso el canto de los pájaros -canto que el propio compositor, gran aficionado a la ornitología, se encargó de transcribir a notas musicales-. Además, entre otras técnicas, su estilo se caracteriza por el empleo de ritmos complejos, inspirados en la música hindú, y el uso de escalas y modos exóticos.

Por su originalidad, Olivier Messiaen es un compositor de referencia en la música del siglo XX y su arte ha influido de manera decisiva en generaciones posteriores.

«El abismo de los pájaros»

A comienzos de la segunda guerra mundial, Messiaen, que ya gozaba de un gran reconocimiento como compositor, fue movilizado como auxiliar médico -sus problemas de visión le impedirían ejercer como militar- para servir en el frente contra los nazis. Sin embargo, al poco tiempo del inicio de la contienda, fue detenido en Verdún y trasladado al campo de prisioneros Stalag VIIIA de Görlitz.

El campo de prisioneros de Görlitz se encontraba en la localidad polaca de Zgorzelec y, cuando Messiaen fue recluido, estaba ocupado por soldados franceses y belgas. Los presos dormían en tiendas de campaña y vivían en condiciones de hacinamiento e insalubridad. Sin embargo, no se trataba de un campo de exterminio por lo que los presos podían disponer de cierta libertad de movimientos y realizar algunas actividades lúdicas. De hecho, a Messiaen se le facilitó un barracón con un piano y material de escritura para poder componer.

Junto a Messiaen se hallaban otros tres músicos: el clarinetista, Henri Akoka, el violonchelista, Etienne Pasquier, y el violinista, Jean Le Boulaire. Messiaen entabló amistad en primer lugar con el clarinetista Akoka y le propuso tocar una pieza que acababa de escribir para clarinete solo. El músico, que llevaba su clarinete a todas partes, accedió sin dudarlo. Nacía así “El Abismo de los pájaros”. Más tarde, Messiaen aprovechó la presencia de los otros dos músicos en el campo de prisioneros para componer una obra mucho más ambiciosa de ocho movimientos (en la que “El Abismo de los pájaros” se integra como tercer movimiento) para piano, violín, violonchelo y clarinete: EL Cuarteto para el fin del tiempo.

Messiaen junto con Jean Le Boulaire, Henri Akoka y Etienne Pasquier en el campo de prisioneros Stalag VIIIA de Görlitz

El propio Messiaen nos explica en la partitura lo que representa “El Abismo de los pájaros”: “El abismo es el tiempo. Con su tristeza, con su cansancio. Los pájaros son lo opuesto al tiempo; son nuestro deseo de luz, de estrellas, de arco iris y de canciones”.

A lo largo de los más de ocho minutos que dura el movimiento, podemos escuchar cómo el clarinete desgrana, como en una especie de trance, secuencias de notas muy largas, de dinámicas extremas (de lo más suave, casi inaudible, a lo más fuerte y estridente) que se intercalan con grandes silencios. En contraste, escuchamos el canto de los pájaros con sus alegres gorjeos.

Estreno y recepción

“El Abismo de los pájarosjunto con los demás movimientos del Cuarteto para el fin del tiempo, fue estrenado en una fría noche el 15 de enero de 1941 ante unos 400 espectadores, entre presos y guardas. Los asistentes escucharon con suma atención y silencio. Tanto es así, que Messiaen afirmaría unos años más tarde: “Nunca fui escuchado con tanta atención y comprensión tan plena”.

Sin embargo, es posible que para muchos de los asistentes la música de Messiaen resultara extraña e ininteligible. Acostumbrados como estarían a la música de los compositores clásicos y la música popular, la obra del compositor francés, de estilo vanguardista, debió resultar impactante. De hecho hoy en día, aunque han pasado más de ochenta años, la música de Messiaen sigue resultando chocante en una primera escucha. Por eso, mi recomendación es acercarse a esta pieza sin prejuicios, con una actitud curiosa y dejarse llevar por la belleza del sonido del clarinete. Solo de este modo, podremos llegar al sentido profundo y casi místico de esta maravillosa obra.

Os dejo con una fantástica interpretación del clarinetista Julien Hervè, que os recomiendo escuchar en un lugar tranquilo y a ser posible con auriculares.

¡Hasta el próximo artículo!

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